martes, 22 de octubre de 2013

Bibliografía

   Bibliografía

MARTÍN DE RIQUER y JOSÉ MARÍA VALVERDE, Historia de la literatura universal 2
Adaptación de AUGUSTÍN S. AGUILAR y VICTOR G. AMBRUS, El Conde de Lucanor

Conclusión

Conclusión
     

Esta obra se escribió con una función didáctica y aplicativa que sirviera para todas las épocas, con ka intención de que cualquiera que la leyera pudiera entender y aprender cosas que generalmente damos por supuestas, las subestimamos pensando que esos pequeños detalles no tienen importancia en nuestra vida, cuando en realidad le dan sentido a ella, y que, por lo tanto, sin duda alguna, nos hace falta tenerlas presentes en el día a día para crecer en nuestra vida moral y espiritual.

Exemplo I: "Un privado de confianza"

Exemplo I: “Un privado de confianza”

En el primer cuento de la obra, don Juan Manuel narra la historia de un privado al que el rey le pone a prueba para comprobar que realmente es tan leal como aparenta ser, pues los pérfidos que también le servían querían ir en contra de él, se sentían acomplejados por su buen trabajo. Así que para asegurarse de que el privado no le va a quitar sus posesiones materiales le dice que lo deja todo; su reino, su mujer, su hijo… todo lo que tiene, y se lo deja a él. Sin embargo, el privado actúa con prudencia y acude a un gran filósofo, su maestro, quien le dice que le están sometiendo a prueba y que su vida corre peligro, pero que si actúa con astucia y mantiene una actitud más humilde podrá demostrar al rey que su lealtad es real, no busca a través de ella las riquezas y posesiones materiales y espirituales del rey.

Con este primer cuento de otros cincuenta y uno,  el conde nos muestra una importante lección sobre la avaricia y la sabiduría que hay en actuar con astucia y prudencia.

El Conde Lucanor: obra y características


Su obra: El Conde Lucanor

La obra de El conde  Lucanor del infante don Juan Manuel constituye uno de los grandes clásicos de la literatura española y representa fielmente el espíritu del humanismo cristiano de los siglos XIII y XIV.
La obra, creada  durante sus años de madurez espiritual (del año 1330 al 1335 aproximadamente), integra una sabiduría práctica derivada tanto del cristianismo como de las fábulas (un ejemplo de estas son las utilizadas en el mundo islámico, establecidas en el mundo de la literatura por el nombre de tradiciones caballerescas). Así, el autor escoge algunos de los principios morales según sus tendencias para estamparlos en sus ejemplos, de tal manera que estos adquieren un carácter universal que, después de tantos siglos, todavía otorga gran vigencia actualmente.

La obra narra la situación en la que se encuentra un conde, llamado Lucanor, un hombre honrado de Castilla medieval que siempre busca el bien a los demás a pesar de llevar una vida ajetreada y llena de problemas. Por suerte, Patronio, su maestro, está dispuesto a ayudar al Conde a través de sus consejos que le ayudarán a evitar el peligro, conservar sus bienes y salvar el alma.

Patronio orienta a su amo por medio de cuentos morales muy distraídos, pues siempre busca la manera correcta, adecuada y fácil de que el conde entienda ciertos aspectos de la vida, problemas y dudas que tenga. Por lo que él le narra historias, fábulas y cuentos en los que se desarrolla, finalmente, una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar algunas respuestas y creciera en su vida moral y espiritual.

Gracias a las narraciones de su maestro, Lucanor recibe una importante influencia de éstos que hace que el autor de la obra, don Juan Manuel, realice el viejo sueño literario  de instruir deleitando, pues pone su arte al servicio de una loable intención moral: ilustrarnos sobre la complejidad de las relaciones humanas, ayudarnos a encontrar la verdad a pesar de los obstáculos que nos impide conocerla y enseñarnos a evitar y superar algunas de las dificultades de la vida que nos pueden hacer caer.

Características de la obra

Decimos que El Conde Lucanor no es una novela sino una colección de moralejas que tiene como finalidad dar una serie de consejos al lector en cuestiones referidas al comportamiento adecuado en diferentes situaciones y que trata de buscar un equilibrio entre lo que conocemos como deberemos mundanos y religiosos.
El libro está compuesta de cinco partes, que constituyen el marco de la obra, las cuales las distinguimos entre sí pues una es muy larga; corresponde a la parte considerada más interesante, que consta de cincuenta y un ejemplos en los que el autor propone un problema y lo traslada a una situación, de manera que se convierta en una enseñanza didáctica y práctica.
Otra de las partes la establece el prólogo, en el que el autor defiende el uso de ejemplos diciendo que el hecho de  que una manera práctica de “capturar” y “plasmar” la atención del lector es mediante estas pequeñas historias que esconden un contenido secundario, que refleja un mensaje moralístico.
Los ejemplos restantes al prólogo y a la parte más larga se distinguen por su estructura rígida y su narración enmarcada. En cada uno de los ejemplos se plantea una situación, en la que el conde Lucanor tiene un problema o alguna duda, y Patronio le escucha y le ayuda a poner en práctica sus consejos a través de una moraleja extraída de sus propias historias.
Algunas de las características literarias en cuanto a estilo y léxico son, por ejemplo, el uso de diferentes tiempos verbales: presente y pasado, los cuales se utilizan para explicar una historia y denotar una idea llevándola a la práctica.
En cuanto a estructura sintáctica encontramos sustantivos comunes, propios, individuales, contables, incontables, concretos y abstractos.
En cuanto al uso de adjetivos, que dan énfasis a detalles de expresiones, encontramos adjetivos comparativos sintéticos, positivos, superlativos y especificativos.
Con excepción de un pareado al final de cada obra el autor no hace uso de las figuras retóricas.
En su obra utiliza oraciones copulativas, predicativas, transitivas, reflexivas e intransitivas.
Por lo tanto, vemos con esta serie de características que, el autor se vale de un vocabulario sencillo y natural, dirigido a un público con poca formación a nivel cultural. Además, utiliza un léxico denotativo ya que, por una parte, narra una historia y, por otra parte, utiliza un léxico connotativo ya que mientras cuenta la historia la persona es capaz de imaginar la escena.

Biografía de don Juan Manuel

 BIOGRAFÍA DE DON JUAN MANUEL


Don Juan Manuel nació en el 1828 entre los muros del castillo de la villa toledana de Escalona. Llevaba en sus venas las sangre azul propia de los reyes, pues era hijo del infante Manuel, nieto de Fernando III el Santo y sobrino de Alfonso X el Sabio. A la temprana edad de los ocho años, don Juan Manuel quedó huérfano, así que llegó a la adolescencia convertido en dueño de un amplio patrimonio de su familia, que incluía tierras en varios reinos de España.
Él se valió de estas posesiones materiales heredadas para igualar su formación a su riqueza, por lo que recibió una primorosa educación por parte de sus tutores., siendo adiestrado en artes caballerescas , como la equitación, la caza y la esgrima. Además, aprendió latín, historia, derecho y teología.
Así, vemos como este autor compaginó durante toda su vida el tranquilo quehacer de las letras en el crudo manejo de las armas.

A pesar de las críticas tan negativas que hacía el pueblo caballeresco don Juan Manuel por dedicarse, además de las batallas, a la literatura siempre se sintió orgulloso de su educación , pues consideraba que no había mayor tesoro que su conocimiento.

Se conoce de don Juan Manuel  que,  más de una vez, malogró la paz y la tranquilidad colectivas cuando intentaba obtener un beneficio personal. La ambición de este personaje también tuvo grandes confrontaciones con el rey que ocupaba el trono de castilla.

Tras una serie de importantes honrosas batallas (con las cuales consiguió establecer la paz definitiva en 1340 con la ayuda de Alfonso XI) dejó la vida política y se retiró a las tierras de Murcia, donde pasó sus últimos años consagrado a la literatura. Orgulloso de sus obras, decidió reunirlas en un solo volumen que estuviera libre de todo error de copia. El manuscrito fue depositado en el convento de los dominicos de Peñafiel, cerca de Valladolid, pero que, desgraciadamente, ardió en un incendio poco después. Tampoco se han conservado los restos físicos de don Juan Manuel, quien mandó que lo enterraran en el mismo monasterio donde dejó su obra.

Don Juan Manuel falleció en 1348, con sesenta y seis años de edad. Por lo que nos dan a entender sus últimos escritos, murió arrepentido del daño que había causado con sus intrigas a algunas personas inocentes, per también satisfecho de la herencia económica y material que dejaba a sus familiares y amigos.


Introducción, contexto histórico y prosa didáctica de la obra


      INTRODUCCIÓN

En el siglo XIV la teología está en un momento de crisis, la cual plantea importantes dudas sobre si existe la posibilidad de llegar a alcanzar el conocimiento de Dios a través de los conocimientos y la racionalidad de la que disponemos los humanos. Como consecuencia de esta serie de planteamientos sobre el crecimiento intelectual a nivel espiritual aparecen movimientos místicos que tratan de armonizar el consciente (o el llamado “yo”) personal con la divina esencia. Así, movimientos de este tipo restan importancia a la iglesia como intermediaria entre Dios y el hombre. De tal manera, que se produce el llamado “Cisma de Occidente” en la iglesia, la cual comporta esta época de crisis durante treinta años, concretamente desde el año 1378 al 1417, durante los cuales la iglesia quedó dividida por tres papas: Urbano VI, Juan XXIII y Aviñón, a causa de problemas que surgieron en Roma.

Al terminar el Cisma de Occidente, gracias a la deposición de Benedicto XIII, la organización medieval se rompe y se  pierde el poder espiritual del Imperio, dando origen a las diversas nacionalidades europeas, que da gran importancia a la vida burguesa y urbana, intensificando la industria y el comercio local e internacional.

A finales de la Edad Media, entre el año 1347 y 1350,  se produjo la “guerra de los cien años” .
Esta etapa se caracteriza también pues hubo grandes plagas y la peste negra afectó a la mayor parte del continente europeo.


A pesar de la crisis política, literaria, económica y cultural Castilla tenía como objetivo dominar el sur de España y, por otro lado, Aragón dirigió su actividad política hacia algunas de las provincias más importantes del Mediterráneo, como Sicilia, Grecia, Italia y Nápoles. Gracias a este contacto de España, con Grecia e Italia, se hizo posible la aparición del Renacimiento en el siglo XV.

2.      LA NARRATIVA DEL SIGLO XIV

2.1. Contexto histórico y prosa didáctica de la obra

Durante la Edad Media asistimos al nacimiento de dos importantes tipos de poesía: la poesía narrativa, la cual incluye los cantares de gesta y los romances, y la prosa del castellano, que es en la que nos centraremos particularmente al analizar la obra de don Juan Manuel.
Remontándonos a la época del siglo XIII, vemos como las obras empezaron a traducirse en las lenguas vernáculas, en el momento en que empezó a decaer entre los pueblos el conocimiento de la lengua básica utilizada hasta entonces, el latín, cuando hubo una separación del Imperio romano en el siglo II d.C. y cada vez era más distante la relación sintáctica y la estructura gramatical de la lengua en sí entre los diferentes territorios conquistados por el pueblo romano y la aparición de las lenguas románicas. Así, a pesar de que las lenguas habladas en ese momento tenían la misma base, procedente del indoeuropeo, pequeños rasgos distintivos entre las lenguas surgieron en otras nuevas.
Con esto y añadiendo la aparición de la imprenta hubo un creciente interés por estas obras, las cuales contribuyeron al uso gradual del castellano. Sin embargo, para el establecimiento definitivo del castellano como lengua en sí era necesario establecer un seguido de normas léxicas, construcciones sintácticas… Así, en este aspecto fue importantísima la figura de Alfonso X el Sabio, quien gracias a la creación de su prosa científica y sus grandes esfuerzos en la tarea de convertir el castellano en una lengua apta para su uso literario, científico, jurídico e histórico.
Gracias a estos cambios producidos durante el siglo XIV, la prosa adquiere, por primera vez en la historia, una función  didáctica en las obras.
Como respuesta de este gran cambio en la narrativa aparecen obras como la que analizamos, El Conde Lucanor o el Libro de Patronio, el cual es un máximo exponente del reflejo de esta nueva etapa en la literatura.
En resumen, a partir del siglo XIII aparece una narrativa en prosa, cuya finalidad es educar al público en las doctrinas básicas de la iglesia y transmitir los conocimientos y valores cristianos, cuya corriente literaria en que se inscriben los autores de época recibe el nombre de mester de clerecía.
Algunas de las características literarias de la época son, por ejemplo, el hecho de que el público busque entretenimiento y placer en la lectura. El mester de clerecía ofrecía temas explicados a partir de experiencias de la vida
En este trabajo se expondrá al infante don Juan Manuel, quien tenía una gran cultura y su lectura estaba muy versada en autores clásicos. Ante sus obras mantenía una actitud muy austera consigo mimo,  es decir, era muy exigente con su prosa.
Don Juan Manuel compuso obras independientemente de la sociedad, es decir, trabajaba sólo  y sus obras se distinguían de las del resto de autores por las características estílicas tan personales que utilizaba en sus escritos y, aunque, preocupado siempre por conservar sus obras originales, se quemaron paradójicamente en la biblioteca en la que se encontraban.

Veamos, a continuación,  algunos de los rasgos más importantes de la vida de don Juan Manuel, de las características de sus obras y el contexto histórico en el que vivió a partir de los conocimientos que hemos obtenido con esta introducción que nos permite situarnos en la época medieval.