martes, 22 de octubre de 2013

El Conde Lucanor: obra y características


Su obra: El Conde Lucanor

La obra de El conde  Lucanor del infante don Juan Manuel constituye uno de los grandes clásicos de la literatura española y representa fielmente el espíritu del humanismo cristiano de los siglos XIII y XIV.
La obra, creada  durante sus años de madurez espiritual (del año 1330 al 1335 aproximadamente), integra una sabiduría práctica derivada tanto del cristianismo como de las fábulas (un ejemplo de estas son las utilizadas en el mundo islámico, establecidas en el mundo de la literatura por el nombre de tradiciones caballerescas). Así, el autor escoge algunos de los principios morales según sus tendencias para estamparlos en sus ejemplos, de tal manera que estos adquieren un carácter universal que, después de tantos siglos, todavía otorga gran vigencia actualmente.

La obra narra la situación en la que se encuentra un conde, llamado Lucanor, un hombre honrado de Castilla medieval que siempre busca el bien a los demás a pesar de llevar una vida ajetreada y llena de problemas. Por suerte, Patronio, su maestro, está dispuesto a ayudar al Conde a través de sus consejos que le ayudarán a evitar el peligro, conservar sus bienes y salvar el alma.

Patronio orienta a su amo por medio de cuentos morales muy distraídos, pues siempre busca la manera correcta, adecuada y fácil de que el conde entienda ciertos aspectos de la vida, problemas y dudas que tenga. Por lo que él le narra historias, fábulas y cuentos en los que se desarrolla, finalmente, una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar algunas respuestas y creciera en su vida moral y espiritual.

Gracias a las narraciones de su maestro, Lucanor recibe una importante influencia de éstos que hace que el autor de la obra, don Juan Manuel, realice el viejo sueño literario  de instruir deleitando, pues pone su arte al servicio de una loable intención moral: ilustrarnos sobre la complejidad de las relaciones humanas, ayudarnos a encontrar la verdad a pesar de los obstáculos que nos impide conocerla y enseñarnos a evitar y superar algunas de las dificultades de la vida que nos pueden hacer caer.

Características de la obra

Decimos que El Conde Lucanor no es una novela sino una colección de moralejas que tiene como finalidad dar una serie de consejos al lector en cuestiones referidas al comportamiento adecuado en diferentes situaciones y que trata de buscar un equilibrio entre lo que conocemos como deberemos mundanos y religiosos.
El libro está compuesta de cinco partes, que constituyen el marco de la obra, las cuales las distinguimos entre sí pues una es muy larga; corresponde a la parte considerada más interesante, que consta de cincuenta y un ejemplos en los que el autor propone un problema y lo traslada a una situación, de manera que se convierta en una enseñanza didáctica y práctica.
Otra de las partes la establece el prólogo, en el que el autor defiende el uso de ejemplos diciendo que el hecho de  que una manera práctica de “capturar” y “plasmar” la atención del lector es mediante estas pequeñas historias que esconden un contenido secundario, que refleja un mensaje moralístico.
Los ejemplos restantes al prólogo y a la parte más larga se distinguen por su estructura rígida y su narración enmarcada. En cada uno de los ejemplos se plantea una situación, en la que el conde Lucanor tiene un problema o alguna duda, y Patronio le escucha y le ayuda a poner en práctica sus consejos a través de una moraleja extraída de sus propias historias.
Algunas de las características literarias en cuanto a estilo y léxico son, por ejemplo, el uso de diferentes tiempos verbales: presente y pasado, los cuales se utilizan para explicar una historia y denotar una idea llevándola a la práctica.
En cuanto a estructura sintáctica encontramos sustantivos comunes, propios, individuales, contables, incontables, concretos y abstractos.
En cuanto al uso de adjetivos, que dan énfasis a detalles de expresiones, encontramos adjetivos comparativos sintéticos, positivos, superlativos y especificativos.
Con excepción de un pareado al final de cada obra el autor no hace uso de las figuras retóricas.
En su obra utiliza oraciones copulativas, predicativas, transitivas, reflexivas e intransitivas.
Por lo tanto, vemos con esta serie de características que, el autor se vale de un vocabulario sencillo y natural, dirigido a un público con poca formación a nivel cultural. Además, utiliza un léxico denotativo ya que, por una parte, narra una historia y, por otra parte, utiliza un léxico connotativo ya que mientras cuenta la historia la persona es capaz de imaginar la escena.

5 comentarios:

  1. Alguno de vosotros sabeis que version del conde lucanor hay que leerse en tercero de eso en españa.Por favor contesten si es que lo saben y muchas gracias a todos de antemano

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  2. Alguno de vosotros sabeis que version del conde lucanor hay que leerse en tercero de eso en españa.Por favor contesten si es que lo saben y muchas gracias a todos de antemano

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    Respuestas
    1. Supongo que tienes que buscar una adaptación, parecida a la de el Lazarillo de Tormes

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